Historias de San Luis: viernes Scardulla segunda parte
Por Nino Romero.
Luego de publicada la nota sobre Viernes Scardulla, se comunicó con la redacción su nieto que se llama Daniel Giménez Scardulla, para añadir su punto de vista acerca de su abuelo.
La nota suscripta por el nombrado comienza diciendo: “basta de infamia, soy el nieto de Viernes Scardulla” y añade: “el título de la notan que fue publicada hace días donde dice que todo pueblo tiene sus leyendas urbanas que transitan siempre entre la realidad y la ficción, es lo más acertado por los tiempos que vivo que se ha publicado durante años”.
Textualmente continúa: “la gran mayoría realizado por mitos, fabulaciones y comentarios de pasillos, escriben o hablan de cosas que no sucedieron de la manera que las manifiestan, tomando información de fuentes no confiables sin prueba alguna para verificar lo sucedido y me animo a decir incluso, que hay gente muy cercana a mi familia (yo y mis hijas), con miradas hirientes con tono de envidia o desprecio por solamente maldad, no creo que sea otra cosa”.
“Lo más allegado a la realidad de lo que realmente sucedió con respecto al Tesoro del Virrey Sobremonte, en su momento fue publicado por el Periodista Félix Luna en su diario magazine Todo es Historia; como dije anteriormente otros medios se basaron solamente en comentarios de calles”.
“He guardado silencio todo este tiempo donde diferentes medios provinciales y nacionales se han tomado la modestia de llamarme para hablar del tema, y a todos les he respondido, que tengo la mayor parte de las Memorias en mi poder y las restantes las estamos buscando con el Dr. Santiago Olivera Aguirre (hijo del reconocido y amigo entrañable de mi abuelo Dr. Richard Olivera Aguirre), y en algún momento saldrán a la luz, en el libro que mi abuelo, Viernes Scardulla siempre quiso escribir”.
“Mi abuelo descubre el tesoro, por el año 1938, en una laguna llamada “Los Patos” entre Venado Tuerto y Pergamino. Era de público conocimiento que se vivía en esos años, con un gobierno sospechado de estar inmerso en una fuerte corrupción. Él sabiendo a lo que se enfrentaba, más la ley que dice; que toda riqueza encontrada en territorio nacional, el Estado se queda con una gran parte del mismo, fue uno de los motivos por lo que decidió confiar en el Dr. Monti, contándole la situación de lo encontrado”.
“Llega a un acuerdo para llevar adelante la operación de Blanquear lo encontrado”.
“Por su parte Monti pone como condición que le brinde pruebas de lo hablado”.
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“Él mismo Monti tomó el tema e hizo los trámites, y en pocos días quedo en la lupa de la justicia. Al tiempo, cuando la misma lo va a buscar, tras su detención, se escapa y se tira por el hueco de un ascensor suicidándose, encontrándole en su bolsillo una joya antigua que fue la prueba del hallazgo”.
“Al otro personaje, Bonfati, (el herrero que realizo los cofres), le pasa lo mismo después de haberlo citado 2 o 3 veces para declarar ante la justicia. El último día que lo va a buscar el ejército para detenerlo, se tira del techo de la casa y también se suicida”.
“Por último, cuando mi abuelo dice dónde estaban los cofres enterrados (salió por muchos medios gráficos nacionales, esta foto), donde cavaban más de 300 soldados y con todo el pueblo de espectadores, una vez encontrado los mismos, el capitán al mando del operativo pide que los abran, se acerca y mirando el contenido dice sin mediar palabra que cierren y se llevan los mismos en camiones del ejército y nunca más se habló del tema”.
“A partir de este hecho lo que sucedió fue la condena social y mediática hacia mi abuelo que fue tratado como mentiroso”.
“En cuanto a que estuvo preso, 1938, la versión que dicen que fue detenido por la muerte de un paciente de curanderismo, el cual él no asistía constantemente, pero fue el motivo preciso para callarlo”.
“En cuanto a familiares acá en San Luis y el resto del país no hay alguien más directo que yo, que soy su Nieto. Él en su paso por esta vida tuvo 1 sola hija que fue mi Madre, y nunca ni tuvo hermanos ni otros hijos como dicen algunos medios”.
“En cuanto a otros familiares la verdad yo no conozco a ninguno y que se haya cambiado el apellido, a excepción que yo no sepa que es pariente mío, cosa que dudo ya que tengo las memorias y ahí figuran todos lo que tienen que figurar y son los queridos y los que no lo querían también”.
“En cuanto que atendía gente (curandero) si a mucha, (y vivíamos a 2 cuadras del cuartel general del Ejército Argentino, época del proceso militar, barrio bancario), por calle San Juan a metros de la intersección de la esquina Lavalle, por lo que quiero aclarar que nunca se tuvo problema alguno; y las colas de personas que venían a verlo a mi abuelo eran de 100 metros casi todos los días y él no cobraba”.
“Para cerrar quiero decir: pregunto, ¿de que vivía mi abuelo? digo por la vida que llevaba, lleno de todo (no era empresario, ni trabajaba bajo dependencia), entre otras cosas que hacía con la gente que lo venía a ver diariamente, era ayudarlos en lo que necesitaban, alimentos, pago de luz, garrafas de gas, kerosene, etc.”.
Esta es la reproducción textual del material enviado por Daniel Giménez Scardulla.